lunes, 19 de noviembre de 2012

Cambiar leyes no cuesta tanto.

Desde hace un par de años, en mi comunidad hay un vecino (suponemos que con brotes psicóticos) el cual desde que llegó no ha parado de causar daños físicos en la comunidad, tales como destrozar unas 4 veces la puerta de la portería, apalear los buzones, dejando algunos inservibles o ha roto cristales.
También sufrimos daños psicológicos pues ciertas noches se pone a gritar, o apalea los escalones con un martillo despertándonos a muchos de nosotros y provocando cierto nerviosismo a altas horas de la madrugada.

Muchos sabemos quien es y ya ha sido denunciado varias veces, pero los juicios no llevan a ninguna parte, y ya nos han dicho varias veces que hasta que no haya sangre, no se podrá hacer nada.
La sangre llegó hace un tiempo, cuando el portero fue agredido por dicho vecino, pero cuyo juicio perdió el acosado y éste incluso tuvo que pagar al agresor.

Poco después, los altercados se volvieron a producir, esta vez insultando a los dependientes de un comercio cercano y luego haciendo lo mismo con otros 2 locales más. Un supermercado ha tenido que contratar un guardia jurado para evitar nuevas refriegas.
Han habido más juicios, ahora con los propietarios de los 2 locales (uno de ellos de prestigio) y el bar, pero la situación sigue la misma.

Ahora bien, no creo que sea tan difícil cambiar algunas leyes para que casos como estos tengan una posible solución. Puede que los políticos no sepan salir de este crisis (o quizá no puedan hacer nada para evitarla) pero estas cosas no cuestan dinero, sólo hay que tener la predisposición a cambiarlo.

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