Ayer, día 14 de Noviembre se proclamó la undécima huelga general en la historia de la democracia de España, a causa de los recortes que estamos sufriendo: el recorte de presupuesto en sanidad y educación, los más de 500 desahucios diarios, la alta tasa de paro...
Por esas y muchas más causas CCOO y UGT convocaron dicha huelga en la cual habría servicios mínimos en sanidad, transporte, educación (algunos centros seguirían abiertos para atender a los alumnos)...
La huelga fue secundada por mucha gente (dejemos aparte las cifras del gobierno y los sindicatos), pero según lo que vi, podría decir que sobre el 70% de los comercios que vi estaban cerrados y el tránsito en Barcelona era mucho más fluido (remarca que bastante gente faltó a su puesto de trabajo) y la ausencia del servicio de limpieza se dejó notar con muchísima basura en las calles ya a primeras horas del día.
Podemos decir que el país se manifestó en gran parte pacíficamente en unas manifestaciones convocadas sobre la tarde-noche.
Pero he aquí la parte no tan positiva. La gran presencia de piquetes que obstaculizaban el paso de los trabajadores que no ejercían su derecho a la huelga, ya sea a los transportistas, en los comercios o bien obstruyendo el paso de los transportes públicos. Se podría llamar "la caza del esquirol".
Esta práctica llega a extremos en los que incendian contenedores o neumáticos, destrozan locales, causan daños en vehículos, pero generalmente se ve como una causa justificada llegando a prohibir a cierta gente realizar correctamente su trabajo o bien intimidando a la población para que no acuda a trabajar (a causa de los destrozos materiales que pueda sufrir su negocio), obligando a ejercer un derecho, el cual como dicha palabra dice, es un derecho y no un deber.
En muchas manifestaciones pacíficas se prohíben actos de vandalismo y son incluso los propios manifestantes los que lo prohiben, ya que ensucian el mensaje de los manifestantes.
Lo mismo pasa en las huelgas, pero por lo que se ve, estos actos son aceptados incluso por la policía
Digo yo, si queremos cambiar el mundo, ¿No deberiamos empezar por cambiar nuestra forma de ser, empezando por el respeto y la aceptación -en este caso, de las personas que ejercen su derecho a trabajar- y luchar pacíficamente por una causa en común?
La huelga, es un instrumento de presion politica. Se presiona al poder y tambien a los trabajadores que por falta de conciencia o por miedo dejan que los demás luchen por ellos. Jamas el que "ejerce el derecho al trabajo" luego renuncia a los conseguido por los huelguistas. La historia de la humanidad demuestra que sin la lucha social nada se consigue. El "derecho a no hacer huelga" no es el ejercicio de un derecho sino que se abstienen en el ejercicio de sus propias necesidades., y luego se benefician del sacrificio ajeno. Cosa distinta es la credibilidad que han perdido los sindicatos actuales que se han aproximado demanciado al poder por haber aceptao subvenciones. Ruben Romero Chiarla.
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con usted, yo opino que las huelgas son necesarias igual que las manifestaciones. Gracias a éstas hemos conseguido desde los últimos 150 años los derechos de los trabajadores, seguros laborales, jornadas de 8 horas... Es más, yo hice huelga el 14N por propia voluntad.
ResponderEliminarPero estas revueltas tienen que surgir de las personas y que la gente salga a la calle porque lo deseé, no viéndose obligados por los piquetes, eso ya no es libertad de expresión, yo creo que no llegaríamos a ningún sitio si el pueblo no viese la necesidad de una revolución pero la hiciese obligada por ciertos colectivos.